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Calculando dosificación de fitosanitarios

“DÍAS ATRÁS UN COLEGA me envío unas fotos en las que se veía un huerto de cerezos que había sufrido estragos tras la aplicación de fitosanitarios. Tras indagar sobre qué podría haber generado eso, se concluyó que el problema había sido la dosis a aplicar o el cálculo de cuánto producto agregar al estanque. Se entiende por dosis a la cantidad de producto determinada por el desarrollador de la formulación (es decir, las químicas) para lograr el objetivo del control de la plaga u otro resultado, sin causar fitotoxicidad, permitiendo que cumplido el período de carencia los residuos no superen el límite máximo permitido. Este dato lo podemos encontrar en la etiqueta del producto, en el sector derecho de recomendaciones de uso. Para ver la dosis correspondiente, primero debemos ver que esté autorizado para el cultivo que vamos tratar y que la plaga correspondiente figure en el cuadro de recomendaciones; ahí encontraremos la dosis. Esta puede venir de dos maneras: cantidad de producto por 100 litros o cantidad de producto por hectárea, que a su vez puede estar expresado en volumen como litros, mililitros o centímetros cúbicos, pero también por peso, ya sea kilos o gramos. Además, hay productos en tabletas o bolsas que vendrán en unidades correspondientes.

 

Independiente de cómo esté expresada, siempre viene un mínimo y un máximo a utilizar. Se puede ocupar cualquiera valor entre esos márgenes. Cuál usar, eso nos lo dará nuestra herramienta de toma de decisiones a partir de un correcto manejo integrado de plagas o MIP. Otra consideración es tener bien calculada la superficie a tratar. Por ejemplo, en frutales un herbicida para ser aplicado solo en la platabanda, por lo que hay que calcular a cuánta superficie corresponde una hectárea de superficie versus la superficie tratada. Por ejemplo, si tenemos un huerto que esta plantado a cuatro metros entre hilera y solamente se aplica a una franja de un metro debajo de los frutales a cada lado de la mata, con un cálculo súper rápido podemos determinar que la superficie tratada corresponderá solamente al 50% de la hectárea, por lo que tenemos que ajustar la dosis. Ya tomando esas consideraciones, ocuparemos dos ejemplos para entender cómo calcular cuánto producto agregar en cada estanque.

 

Primer ejemplo

Primer caso. En la etiqueta de un insecticida se recomienda utilizar 100- 120 gramos por hectolitro (100 litros). Para aplicarlo, contamos con equipo pulverizador de 1.500 litros. Con eso dos datos debemos tomar la decisión si 100 o 120 gramos por cada 100 litros. Supongamos que por monitoreo hemos detectado una baja prevalencia de la plaga, pero sobre el umbral de daño económico, con presencia de enemigos naturales y condiciones climáticas favorables para el desarrollo de la plaga. Entonces nuestra herramienta de toma decisiones de MIP nos indica 110 gramos por hectolitro. Ahora debemos calcular la cantidad de producto a agregar al estanque. Los datos son que la dosis es 110 gramos por cada 100 litros y que la capacidad del estanque son 1.500 litros. La fórmula a utilizar es: CPE=(CE/100) X Dosis CPE: Cantidad de producto por estanque CE: capacidad del estanque Dosis: cantidad de fitosanitario determinada para el tratamiento Entonces: CPE = (1.500/100) X 110 CPE= 1.650 gramos o 1,65 kilos Esta simple fórmula nos sirve para cualquier tamaño de estanque desde una bomba de espalda centrifuga de 5 litros a una turbo de 2.000 litros y cualquier fracción de éstas. 

Segundo ejemplo

El segundo caso es para una dosis en cantidad de producto por hectárea. En este caso la etiqueta del herbicida recomienda una dosis de 1 a 1,5 kilos por hectárea. Si vamos al huerto del ejemplo anterior, al pasar por una hectárea solamente trataremos media. La entre-hilera es de 4 metros, pero solo haremos una aplicación de un metro bajo cada lado del árbol, 2 metros en total. Por lo tanto, deberemos considerar una dosis de solo 0,5 a 0,75 litros por hectárea. Estamos aplicando con una baja presencia de maleza, gracias a un buen manejo anterior, por lo cual elegiremos la dosis más baja de 0,5 litros por hectárea. Para esta aplicación utilizaremos un equipo de barra suspendido en los brazos del hidráulico, con una capacidad de 600 litros. Sin embargo, nos falta un dato sumamente importante, además de la cantidad de producto que vamos a usar: debemos determinar con cuánta agua lo vamos a lanzar, de manera de lograr un cubrimiento adecuado de la superficie. Supongamos 150 litros de agua, para lo que tradicionalmente conocemos como mojamiento (acá la importancia de calibrar correctamente la máquina y que sean 150 litros lo que apliquemos en la hectárea dado que si no la cantidad de fitosanitario será menos o más de lo pensado). Los datos son que la dosis es 0,5 ltr por hectáreas, la capacidad del estanque 600 litros y el mojamiento es 150 litros agua por hectárea. Usaremos la misma fórmula que en el caso anterior pero reemplazando el 100 por M (M= Mojamiento) CPE = (CE/M) X Dosis Entonces: CPE = (600/150) X 0,5 CPE = 2 litros De no estar bien calibrada la máquina podemos correr el riesgo de aplicar de menos y no lograr el control de la plaga o bien aplicar de más, con costos económicos importantes y, lo que es peor, causar fitoxicidad con plantas estresadas o superar los límites de residuos. También es importante tener elementos certificados para hacer la medición, como probetas y pesas con medidas adecuadas de 10 en gramos y centímetros cúbicos. Estas son pequeñas herramientas para una aplicación correcta y agricultura consciente y sustentable. Es importante que no solo las jefaturas manejen esto, sino que también los colaboradores ya que nos pueden servir de contraparte chequeando que la orden dada esté en concordancia con lo de la etiqueta, porque somos humanos y podemos equivocarnos. Capacitar al personal es una medida necesaria y simple, pero que sin embargo dejamos de lado por considerar que no hay tiempo o necesidad. Después lamentamos los resultados.”

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Pintar el huerto

Cuando doy clases de calibración de los equipos de pulverización pongo el siguiente ejemplo. Si quiero pintar una casa y no sé nada, puedo partir a comprar tarros de pinturas y tirarlos contra la muralla. Lo más probable es que no me alcance con los que compre, por lo que tenga que partir a buscar más. Todos los alumnos me dicen que no se puede, pero como la casa y la plata es mía, puedo. Quedará mal hecho el trabajo, gastaré mucho dinero, pero habré cumplido el objetivo. Fui eficaz. Después pregunto quién sabe pintar, para que lo hagan como un extra saliendo de la pega. Entonces, varios levantan la mano. Visitan la casa y, como parece a una pega que ya han hecho, me piden materiales, generalmente con un extra para no quedar cortos. Cuando pregunto el tiempo de trabajo, me dan una semana. Al cabo de una semana, no sin contratiempos, se da por terminada la pega: se cumplió el objetivo de pintar la casa. Por lo tanto puede decirse que también fueron eficaces, pero ahora además el recurso pintura y de la calidad del trabajo fue superior, por lo que comparado con el primero incluso fue eficiente.

Tengo una tercera alternativa: googlear algún pintor profesional. Al llamar y pedir un presupuesto, el pintor me pide un tanto por visita, algo que a regañadientes aceptaremos. Llega a la casa y cuando preguntamos cuánto sale, él se toma su tiempo: mide, calcula, revisa las superficies, nos pregunta cuál es el resultado que buscamos y, en base a eso, recomienda mejores alternativas de productos y técnicas a utilizar. Con todo eso en consideración nos da el valor por su trabajo, los materiales a usar y el tiempo a ejecutar el trabajo, que son tres días. Tal como lo prometió, al tercer día el trabajo está terminado, con calidad y sin sobresaltos. Es decir, que el trabajo fue eficaz y además fue el más eficiente en el recurso tiempo. ¿Y en qué se parece o qué tiene que ver todo eso con las pulverizaciones? Mi experiencia recorriendo el campo chileno es que en algunos campos se pulveriza como en el primer caso, tirando fitosanitario a las plantas como si fueran baldes de agua. Se hacen aplicaciones con pitón de hasta quince mil litros por hectárea en cítricos. O por ahí alguien vio una aplicación contra cierta plaga y luego, en otra ocasión le toca la misma plaga en el mismo cultivo, por lo que repite el razonamiento del segundo ejemplo de la pintura: copia lo hecho en la experiencia anterior, lo cual no quiere decir que haya estado bien. Son muy pocos los campos que llaman a un asesor en optimización de pulverizaciones, que sugiera la técnica, determine la cantidad real de fitosanitario de modo de lograr el objetivo final de la aplicación, dejar bien cubierto el huerto y de forma eficiente, no sólo eficaz.

 

Calculando la cantidad de pintura

Para tomar las medidas que permitan calcular la cantidad de volumen a pulverizar se el alto y ancho de la superficie a “pintar”, pero además la profundidad, sumado a que el cálculo lo necesitamos para una hectárea. Otras variables a considerar son el tipo de producto ya que, por ejemplo, un fungicida necesita gotas más pequeñas y en mayor cantidad (50 a 70 gotas por cm2, 150 micras) que un insecticida, que son menos pero más grandes (20 a 30 gotas por cm2, de 400 micras), la maquinaria (hidráulica, neumática, hidroneumática), condiciones ambientales, etc.
En base a esto se desarrolló una fórmula para los frutos tales que permite determinar el mojamiento necesario para un correcto cubrimiento. Esta fórmula es la de “tree row volumen” o TRV.

La altura (ADA) se toma desde comienza el follaje, el ancho (ADC) es el promedio de los árboles. El resultado de este cálculo indica los metros cúbicos de copas en una hectárea, la cual podrá ser a inicio de temporada con copas sin follaje o en plena cosecha con un follaje tupido. Tomemos como un ciruelo con árboles de 4 metros de alto, un ancho promedio de 3,5 metros y una distancia entre hileras de 4 metros. En el caso de algunos huertos de ciruelo el follaje no comienza desde el piso, sino unos 50 cm por sobre el suelo por lo que los 4 metros del árbol son en realidad sólo 3,5 mts. Entonces:

El resultado es 30.625 m3 de copa por hectárea de ciruelo. Este resultado, al igual que la pintura, depende de por ejemplo estado fenológico, maquinaria, número de boquillas, condiciones climáticas, especie, conducción, tipo de tratamiento, etc. Para esto existe una tabla que relaciona la cantidad de agua por cada 1.000 m3 de TVR, lo que puede ir desde 10 litros por cada 1.000 m3, hasta 130 m3. Para el ejemplo usaremos un valor de 70 litros, que es considerado un caudal alto.

Lo que nos dice el cálculo es que con 2.144 litros por hectárea, en pleno follaje, tendremos el cubrimiento adecuado. Cuando se tiene menos follaje hay que elegir valores menores. Este mojamiento es una ineficiencia, ya que no hay nada más caro que acarrear agua, la cual es sólo el vehículo para que el producto llegue a la planta: lo que realiza la acción curativa es el fitosanitario. Pero la cantidad de agua es excesiva ya que la literatura y experiencia demuestra que con un valor de 30 a 40 lt. por cada 1.000 m3 es más que suficiente. Entonces esto se traduce en:

Este valor es más que suficiente. Para llegar a esto es necesario regular y calibrar con sentido la máquina, no sólo para cumplir con la exigencia de la certificadora sino verificando con papel hidrosensible el cubrimiento. Se debe trabajar a presiones adecuadas, con potencia suficiente, seleccionando la boquilla que me sirve. En un próximo artículo profundizaremos en estos temas.