Categorías
Noticia

Pintar el huerto

Cuando doy clases de calibración de los equipos de pulverización pongo el siguiente ejemplo. Si quiero pintar una casa y no sé nada, puedo partir a comprar tarros de pinturas y tirarlos contra la muralla. Lo más probable es que no me alcance con los que compre, por lo que tenga que partir a buscar más. Todos los alumnos me dicen que no se puede, pero como la casa y la plata es mía, puedo. Quedará mal hecho el trabajo, gastaré mucho dinero, pero habré cumplido el objetivo. Fui eficaz. Después pregunto quién sabe pintar, para que lo hagan como un extra saliendo de la pega. Entonces, varios levantan la mano. Visitan la casa y, como parece a una pega que ya han hecho, me piden materiales, generalmente con un extra para no quedar cortos. Cuando pregunto el tiempo de trabajo, me dan una semana. Al cabo de una semana, no sin contratiempos, se da por terminada la pega: se cumplió el objetivo de pintar la casa. Por lo tanto puede decirse que también fueron eficaces, pero ahora además el recurso pintura y de la calidad del trabajo fue superior, por lo que comparado con el primero incluso fue eficiente.

Tengo una tercera alternativa: googlear algún pintor profesional. Al llamar y pedir un presupuesto, el pintor me pide un tanto por visita, algo que a regañadientes aceptaremos. Llega a la casa y cuando preguntamos cuánto sale, él se toma su tiempo: mide, calcula, revisa las superficies, nos pregunta cuál es el resultado que buscamos y, en base a eso, recomienda mejores alternativas de productos y técnicas a utilizar. Con todo eso en consideración nos da el valor por su trabajo, los materiales a usar y el tiempo a ejecutar el trabajo, que son tres días. Tal como lo prometió, al tercer día el trabajo está terminado, con calidad y sin sobresaltos. Es decir, que el trabajo fue eficaz y además fue el más eficiente en el recurso tiempo. ¿Y en qué se parece o qué tiene que ver todo eso con las pulverizaciones? Mi experiencia recorriendo el campo chileno es que en algunos campos se pulveriza como en el primer caso, tirando fitosanitario a las plantas como si fueran baldes de agua. Se hacen aplicaciones con pitón de hasta quince mil litros por hectárea en cítricos. O por ahí alguien vio una aplicación contra cierta plaga y luego, en otra ocasión le toca la misma plaga en el mismo cultivo, por lo que repite el razonamiento del segundo ejemplo de la pintura: copia lo hecho en la experiencia anterior, lo cual no quiere decir que haya estado bien. Son muy pocos los campos que llaman a un asesor en optimización de pulverizaciones, que sugiera la técnica, determine la cantidad real de fitosanitario de modo de lograr el objetivo final de la aplicación, dejar bien cubierto el huerto y de forma eficiente, no sólo eficaz.

 

Calculando la cantidad de pintura

Para tomar las medidas que permitan calcular la cantidad de volumen a pulverizar se el alto y ancho de la superficie a “pintar”, pero además la profundidad, sumado a que el cálculo lo necesitamos para una hectárea. Otras variables a considerar son el tipo de producto ya que, por ejemplo, un fungicida necesita gotas más pequeñas y en mayor cantidad (50 a 70 gotas por cm2, 150 micras) que un insecticida, que son menos pero más grandes (20 a 30 gotas por cm2, de 400 micras), la maquinaria (hidráulica, neumática, hidroneumática), condiciones ambientales, etc.
En base a esto se desarrolló una fórmula para los frutos tales que permite determinar el mojamiento necesario para un correcto cubrimiento. Esta fórmula es la de “tree row volumen” o TRV.

La altura (ADA) se toma desde comienza el follaje, el ancho (ADC) es el promedio de los árboles. El resultado de este cálculo indica los metros cúbicos de copas en una hectárea, la cual podrá ser a inicio de temporada con copas sin follaje o en plena cosecha con un follaje tupido. Tomemos como un ciruelo con árboles de 4 metros de alto, un ancho promedio de 3,5 metros y una distancia entre hileras de 4 metros. En el caso de algunos huertos de ciruelo el follaje no comienza desde el piso, sino unos 50 cm por sobre el suelo por lo que los 4 metros del árbol son en realidad sólo 3,5 mts. Entonces:

El resultado es 30.625 m3 de copa por hectárea de ciruelo. Este resultado, al igual que la pintura, depende de por ejemplo estado fenológico, maquinaria, número de boquillas, condiciones climáticas, especie, conducción, tipo de tratamiento, etc. Para esto existe una tabla que relaciona la cantidad de agua por cada 1.000 m3 de TVR, lo que puede ir desde 10 litros por cada 1.000 m3, hasta 130 m3. Para el ejemplo usaremos un valor de 70 litros, que es considerado un caudal alto.

Lo que nos dice el cálculo es que con 2.144 litros por hectárea, en pleno follaje, tendremos el cubrimiento adecuado. Cuando se tiene menos follaje hay que elegir valores menores. Este mojamiento es una ineficiencia, ya que no hay nada más caro que acarrear agua, la cual es sólo el vehículo para que el producto llegue a la planta: lo que realiza la acción curativa es el fitosanitario. Pero la cantidad de agua es excesiva ya que la literatura y experiencia demuestra que con un valor de 30 a 40 lt. por cada 1.000 m3 es más que suficiente. Entonces esto se traduce en:

Este valor es más que suficiente. Para llegar a esto es necesario regular y calibrar con sentido la máquina, no sólo para cumplir con la exigencia de la certificadora sino verificando con papel hidrosensible el cubrimiento. Se debe trabajar a presiones adecuadas, con potencia suficiente, seleccionando la boquilla que me sirve. En un próximo artículo profundizaremos en estos temas.

Agregar un comentario

Su dirección de correo no se hará público.